La Máquina del tiempo (fragmento)
Herbert George
Wells
La cosa que el Viajero a través del Tiempo
tenía en su mano era una brillante armazón metálica, apenas mayor que un
relojito y muy delicadamente confeccionada. Había en aquello marfil y una
sustancia cristalina y transparente. Cogió él una de las mesitas octogonales
que había esparcidas alrededor de la habitación y la colocó enfrente de la
chimenea, con dos patas sobre la alfombra. Puso la máquina encima de ella.
Luego acercó una silla y se sentó. El otro objeto que había sobre la mesa
era una lamparita con pantalla, cuya brillante luz daba de lleno
sobre aquella cosa. Había allí también una docena de bujías
aproximadamente, dos en candelabros de bronce sobre la repisa de la
chimenea y otras varias en brazos de metal, así es que la habitación
estaba totalmente iluminada. Me senté en un sillón muy cerca del fuego y
lo arrastré hacia adelante a fin de estar casi entre el Viajero a través
del Tiempo y el hogar. Filby se sentó detrás de él, mirando por encima de
su hombro. El muchacho se erguía detrás del psicólogo. Estábamos todos sobre aviso.
El Viajero a
través del Tiempo nos contempló, y luego a su máquina.
-Bien, ¿y qué?
-dijo el psicólogo.
-Este pequeño
objeto -dijo el Viajero a través del Tiempo acodándose sobre la mesa y juntando sus manos por encima
del aparato- es sólo un modelo. Es mi modelo
de una máquina para viajar a través del tiempo. Advertirán ustedes que parece singularmente ambigua y
que esta varilla rutilante presenta un extraño aspecto, como si fuese en cierto modo
irreal.
Y la señaló con el
dedo.
-He aquí, también,
una pequeña palanca blanca, y ahí otra.
El Doctor se
levantó de su asiento y escudriñó el interior de la cosa.
-Está
esmeradamente hecho -dijo.
-He tardado dos
años en construirlo -replicó el Viajero a través del Tiempo.
El Doctor
aquel dijo:
-Ahora quiero que
comprendan ustedes claramente que, al apretar esta palanca, envía la máquina a planear en el
futuro y esta otra invierte el
movimiento. Este soporte representa el asiento del Viajero a través del Tiempo. Dentro de poco voy
a mover la palanca, y la máquina partirá. Se
desvanecerá, se adentrará en el tiempo futuro, y desaparecerá. Mírenla a gusto. Examinen también la mesa, y
convénzanse ustedes de que no hay trampa.
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